Growth Hacking

5 pasos fundamentales para comenzar

 

 

 

Repasaremos la figura de los «piratas o expertos del crecimiento”, profesionales de perfil polivalente que saben sacar partido de todos los recursos del universo online. De la experiencia del cliente a la información sobre los competidores: los 5 pasos para poner en marcha una estrategia de Growth Hacking. 

En sus orígenes, el Growth Hacker no tenía un perfil definido, era una figura transversal, polivalente dentro del organigrama de las empresas. Ahora que su perfil ya está «institucionalizado», podemos hacer un repaso de las etapas, dar una definición mejor y entender cuáles son los primeros cinco pasos fundamentales del Growth Hacking.

Growth Hacker: quiénes son y qué hacen

Los así llamados Growth Hackers son los “piratas o expertos en crecimiento”, profesionales con una formación multidisciplina en el campo digital, en la comunicación y en el diseño de estrategias de marketing por e-mail, gestión de contenidos y de redes sociales; pero también de SEO y SEM.

Como ya hemos indicado, los Growth Hackers se dedican al desarrollo y crecimiento del negocio de la empresa, experimentando para ello con nuevas estrategias. El objetivo principal es utilizar los muchos recursos de que dispone el universo online para atraer al mayor número de visitantes y convertirlos en usuarios activos.

Growth Hacking: 5 pasos para comenzar

1. Das vida a una experiencia de usuario coherente y continuada

Las exigencias de los nuevos clientes son distintas a las de los clientes habituales. Ante todo, los nuevos clientes son más críticos a la hora de juzgar cada momento de contacto con la marca: la primera impresión puede representar el momento providencial o, por el contrario, el momento fatal. Este juicio preliminar pasa por la experiencia de cliente.

Por tanto, hacer que la CX sea coherente, continuada, sin fracturas es de fundamental importancia. Si una interacción concreta a través de un determinado punto de contacto produce una experiencia en línea con las expectativas del cliente, se produce la alineación entre servicio y satisfacción; si en la interacción concreta no se produce la alineación, se genera una potencial pérdida de valor.

Automatización es la palabra clave para mantener unidas todas las piezas de la experiencia de cliente: una tecnología que permite llegar al cliente a todos los niveles en el ciclo de vida del cliente, gracias a flujos de trabajo automáticos de e-mail y SMS.

Dentro de la experiencia de cliente (y también bajo la óptica SEO), es de suma importancia prestar atención a los enlaces rotos, es decir, a las conexiones que conducen a un recurso no disponible: nada hay más contraproducente que acompañar a un usuario a un callejón sin salida (es decir, ya sin metáforas, a una página que solo ofrece un mensaje de error). La molestia de los enlaces rotos puede evitarse supervisando constantemente las conexiones dentro de los contenidos.

2. Plantéate micro-objetivos y avanza con pasos pequeños pero decididos

 

Plantearse objetivos ambiciosos es necesario, pero para afrontarlos en la práctica concreta, hay que descomponerlos en pasos pequeños. Para dar un ejemplo: si el objetivo es “aumentar el tráfico en el sitio”, el Growth Hacker deberá identificar las etapas intermedias, los micro-objetivos que permiten medir los resultados alcanzados hasta ese punto, para así analizar los avances obtenidos, o identificar los aspectos improductivos. Según los datos en relación con el micro-objetivo, la estrategia puede depurarse, ampliarse o recalcularse.

La fase de pruebas es básica en toda mejora. La empresas innovadoras lo saben, y actualmente basan su estrategia de desarrollo comercial en el uso de herramientas de prueba y análisis. El potencial de las pruebas A/B por un lado, y de la analítica web y móvil por el otro, son las armas imprescindibles de un Growth Hacker. El asunto fundamental es solo uno: todos los datos clave para crecer y depurar las estrategias se encuentran en la base de clientes adquirida. Basta con tener conocimientos e instrumentos para sondear los hábitos y comportamientos. Serán estos los que te muestren la forma de abordar las posteriores estrategias.

3. Conéctate con los influencer

 

En todos los sectores existen personas que ejercen una influencia mayor y distinta sobre los demás: significa que sus opiniones y experiencias se traducen en inspiración para quienes escuchan. En una época como la nuestra, en la que las voces, los pareceres y las opiniones se superponen y crean un indescifrable ruido de fondo – los influencer han asumido un papel todavía más importante.

4. No perder de vista a la competencia

 

Todo crecimiento pasa por la confrontación. Mirar lo que hace el compañero de pupitre es un gesto instintivo. En marketing, esto no significa copiar, sino percibir en qué dirección se mueven los competidores, entender cuál es su nivel de desarrollo y que posición adoptan en una confrontación directa con tu realidad. Es una confrontación de la que se pueden extraer enseñanzas, estímulos y nuevas ideas. Hay algunas herramientas que te pueden ayudar a realizar más fácilmente el trabajo, a la hora de analizar a los competidores: Similar Web y MOAT, por ejemplo. Sin embargo, asegúrate siempre de que lo que hacen tus competidores es adecuado también para tu actividad y para los clientes a los que te diriges.

Pero la confrontación debe realizarse también con óptica retrospectiva: Facebook tuvo a MySpace como precedente, Apple tuvo a Altair, Google a Yahoo. Por así decirlo, a no ser que tu producto sea completamente único, siempre hay alguien que te ha precedido: analiza por tanto la historia de tu sector, los ejemplos brillantes y los menos claros.

5. Sigue el paso de los tiempos

A menudo se citan los consejos (elevados ya a la categoría de mantras) de Rafi Chowdhury, experto en Growth Hacking y empresas incipientes: “mantente siempre al día sobre las tendencias del momento” o “recibe las nuevas tendencias con los brazos abiertos”. Actualización continua por un lado, apertura mental por el otro. De su unión nace la aptitud imprescindible del Growth Hacker.

A estas dos citas podemos añadir una tercera, como premisa para las de Chowdhury: “identifica tus puntos de fuerza en el mercado”. Sin lucidez y consciencia de lo que se está haciendo, difícilmente se tiene la posibilidad de tener el control de objetivos y estrategias. En términos metafóricos: un timón no sirve de nada si no se sabe la ruta.

El punto focal del Growth Hacker está donde convergen las necesidades del cliente y las peculiaridades, los factores que dan un carácter único a la propuesta de la marca.

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